Una breve que se me ocurrió hoy camino a la oficina. Adentro de las escuelas ya no permiten la venta de papitas, chicharrones, refrescos y demás artículos engordadores para nuestras juventudes. Lo que vi hoy fue al señor del puesto de papitas, chicharrones, refrescos y demás artículos engordadores ENRIQUECERSE con una manada de niños que pedían a sus padres dinero para "comprar su lunch porque adentro ya no venden".
Conclusión: Los niños siguen echándose sus papitas de lunch y siento igual de obesos y malnutridos. La diferencia es que ahora los que las venden lo hacen al doble de precio porque se saben dueños del mercado y no pagan impuestos. ¡¡Felicidades, señor papero, el gobierno de la Ciudad a su servicio!!
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